Canilogos
Olvidemos los atalantes, los centauros, incluso los unicornios rosa y demos cabida a algo más terrenal. Desde la ventana del autobús, en el sentido de la marcha, avivada esta con continuos frenazos y acelerones propios de una atracción de feria, veo a un hombre dirigirse al puesto de periódicos gratuitos, coger un ejemplar que hojea pausadamente. Un perro pequeño, no sabría decir de qué raza, se acerca a las piernas del hombre, el cual se agacha y dispone el periódico doblado con el aspecto de una tierna baguette, entre las fauces del perro. Hambre atrasada ¿de papel o de conocimiento?