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Mostrando entradas de mayo, 2023

Great Yarmouth

La cara más despiadada del capitalismo la vemos representada en películas como Vida y muerte en un almacén (Joseph Bullman) o Great Yarmouth de Marco Martins, ciudad costera al noreste de Londres. A las fábricas, mataderos de pavos, van a trabajar portugueses (estamos en 2009 y Portugal sufre los devastadores efectos de la crisis), a los que los ingleses llaman “ pork and cheese ”. Fábricas en las que el olor de la sangre y las heces se mete tan adentro que respirar es tan común como vomitar. Las zonas del envasado -cuando el pavo ya son filetitos sonrosados y no animales vivos cabeza abajo que verán sus cabezas seccionadas por cuchillos, cabezas que apiñadas en montones seguirán moviendo los picos unos segundos más- están destinadas a los ingleses. Una portuguesa, Tânia , ha ido completando todos los círculos del infierno desde su llegada como emigrante hace décadas a Marmouth. Pero lejos de habitar un paraíso, tantos años después, Tânia sigue habitando el infierno; coloca a los po

Crónica de una muerte anunciada

Veía el documental sobre Marc-André Leclerc y no dejaba de preguntarme dónde es capaz el ser humano de situar sus límites. Al ver a Marc-André escalar paredes verticales heladas equipado con crampones y piolets, sin cuerda, te preguntas cuando dejará de acompañarle la suerte, porque el joven, como se ve en el documental no esconde que lo que hace es peligroso, que son muchas cosas las que pueden fallar, máxime si la escalada es sobre paredes heladas, agua solidificada, que en cualquier momento puede resquebrajarse. Marc-André escala montañas y lo hace fuera de los focos. Su pasión no es nada mediática. Es una especie de Salinger de las montañas. Después de ir a la Patagonia y ascender en invierno la Torre Egger,  en la escalada a las Torres de Mendenhall, en Alaska, equipado con cuerda y acompañado de Georges Johnson, en el descenso algo falla y les sobreviene la muerte, con veinticinco años.  « No tenemos un tiempo escaso, sino que perdemos mucho. La vida es lo bastante larga y para

Nunca llueve en California

  A los diecisiete años Lea conoce a Tom que le dobla la edad. Surge el enamoramiento de forma espontánea. Lea en sus amigos encuentra aburrimiento. Le parecen unos críos y Tom le ofrece otra cosa. En un primer momento delicadeza, atención, novedad. No se fuerza nada en el descubrimiento mutuo, y todo transcurre de una manera natural. Sin embargo, un toque de atención se lo da a Lea una camarera, cuando la pareja está almorzando en una cafetería. No es la primera vez que ve a Tom con chicas jóvenes. El espectador sabe que hay algo raro en Tom, y Lea también, pero hasta ese momento no hay nada que pueda poner a Tom en su contra, y Lea se va pillando, hundiéndose en las arenas movedizas del querer. Como la relación es asimétrica Tom ejerce un control que pudiera ser físico pero es mental. Tom maneja a Lea, la usa. Hay muchas maneras de violentar a una mujer.   Hay una escena en el hotel, crudísima, en el que Lea cruza una línea, aquella que sitúa a una persona en otro sitio al que no qui