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Las cositas del leer (duodécimo)

  Se me antojaba un libro pequeño, en apariencia lo es, pero una vez liberado del plástico compruebo que son más de 300 páginas de papel biblia que leo con devoción . Un leer que es tanto como seguir el imprevisible curso y decurso de los pensamientos de Climent quien va fijando como chinchetas en un corcho, los sonidos (¿o son cantares?) de pájaros, de la maquinaria en su laboreo. O bien los pensamientos que conducen a Egipto, a los mitos, a Dalí y su bigote, a las moscas homicidas. De esta guisa voy leyendo ensimismado y ajeno a cuanto me rodea .

La Pasión de Alcónetar II

    514 páginas después de haber partido o parido en esta gesta gestacional. Alumbrado y deslumbrado. Sigo las cuitas o coitos del Maestro y sus discópulas, atento a los hi-meneos de cad-eras y siglos. Leo que Rafael creía en la polinización de la literatura. Y sí, es porosa en sus esporas y la lectura cala y cuela. Esta novelaberinto es un porqué, este porqué una razón, esta razón nuestra infaustina Pasión: la de Alcón-eta-r, pájaro de altos vuelos y atmósferas imposibles, terrorista de lo establecido, sus jerarquías, atavíos y servilumbres que calientan la sopa boba de estómagos agradecidos.  

La Pasión de Rafael Alcónetar

  En la página 426 de la novelaberinto pienso en la escritura como ejercicio acrobático, circense, también puro contorsionismo, un caminar sobre la cuerda floja, mirando a los ojos el vacío que también te mira a ti, y pienso en lo difícil que es definir o retra(c)tar a alguien, el lenguaje ofreciendo la resistencia y persistencia de la resaca, que lejos de la orilla y de conducir la narración a buen puerto, la situa en alta mar, a medida que los acólitos, amantes, amigos o detractores de Rafael, nos hablan del muerto o el desaparecido, porque no se sabe todavía, y diez años después de su muerte/desaparición, una de sus amantes y alumnas de un taller literario por él impartido, trata de esclarecer los hechos y toca reconstruir la memoria con la perspectiva que da el paso y el p e so y el poso del tiempo. No es tanto la extensión de la novela, casi 750 páginas, porque he leído novelas más extensas sin el menor esfuerzo, sino el uso y disfrute que el mayúsculo autor MARIO MARTIN (A)G...