Penny acusa a su marido de abusar sexualmente de un menor, en su casa, después de una fiesta. A partir de ese momento todo se le pone en contra a Penny, que tiene indicios, sospechas, y un pálpito. Todo ello resulta insuficiente cuando no hay pruebas, testimonios de los agredidos que confirmen sus hipótesis. Penny no se arredra, ni achica, ni retrocede, aun cuando todo se va volviendo en su contra y va de cabeza al abismo, hasta tocar fondo. Su posicionamiento le pasará factura. Pero Penny sigue, y sigue, y sigue, ¿por qué? ¿hasta cuándo? Hasta el final. Véanla.
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