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Mostrando las entradas etiquetadas como Ruta invernal

De ruta por Pradillo de Cameros

  No Pradejón, sino el Pradillo camerano maquillado por la nieve. Azuzados por los cuatro grados bajo cero avanza el gusano multicolor de doce componentes. Temprana hora para los buitres leonados, ocultos en las oquedades rocosas. A la izquierda, a lo lejos, la carretera, a los pies la nieve triscando al ser hollada. A medida que vamos cogiendo altura veremos los árboles, esos prodigios de la naturaleza que cifran bien la insignificancia temporal humana. Seguimos las marcas blancas en los troncos de los árboles, vemos majestuosos robles, seguimos las indicaciones en el cartel de madera de la Quercus faginea . 600 años de existencia tiene El Roble Gordo de Pradillo y lo que le queda por delante. Desde la altura, observamos Gallinero de Cameros, al frente. En el Alto de Peñabilanos hacemos una pausa sobre piedras nevadas para almorzar. Cómo se pasa en la conversación de la carne del membrillo a la naturaleza del orgasmo y a los gritos de placer para acabar con el orujo de membri...

Por las faldas del Midi d'Ossau

  Olvida las más de nueve horas de coche (ida y vuelta), las luces rojas traseras de otros vehículos, los continuos embotellamientos, el colapso en las carreteras, el juego del embrague y el acelerador y deja la mente en blanco, para trasladarte al Col de Pourtalet , a las montañas blancas, inmaculadas; al mundo recién creado y a estrenar. No serás el Adán con hoja de higuera del Génesis , sino un montañero bien equipado para hacer frente al frío y la nieve. Mira tus pies. No sabes dónde acaban los pies y empiezan las raquetas. Sigues las huellas que van dejando otros excursionistas. El grupo tiene hoy hechuras de manifestación: más de dos docenas de almas jubilosas hollando la nieve. El silencio es total, pleno, rotundo. Solo oyes el triscar de la roseta en los bastones sobre la nieve. Sientes la velocidad cuando ves bajar esquiadores que te esquivan como si fueras un poste. Perros que te superan briosos sin necesidad de raquetas.  Como un azucarillo el grupo se disgrega. P...

Izki. La Muela, Korres

  Al otro lado de ese monte con nombre de animal, el León Dormido, está próximo el municipio alavés de Korres. En el aparcamiento, a cuatro grados bajo cero es menester dar palmas para entrar en calor. Bienvenidas sean las cuestas para que el motor corporal comience a carburar. El frío poco a poco cede. Dejamos atrás las plantas veladas por la escarcha, el cielo raso bañándose en la frágil estructura de los charcos helados, a medida que el sol nos vaya calentando camino de las cumbres. En el sendero, protegidos por el bosque, a ratos embarrado, sale al paso una oquedad, que bien puede ser una nevera o una calera. Luego, en la cumbre, nos asomamos en el mirador para empacharnos del horizonte pespunteado de un aluvión de cumbres en lontananza. Algunas nevadas, como la del San Lorenzo. Seguimos hacia la Peña del Santo , y a mediodía hacemos la obligada parada para almorzar. Seguro que San Román, de buena gana, dejaría su descanso eterno en la ermita rupestre para echarse al gaznate un...

Vuelta por Meriendillas

Salís de Foncea para dar comienzo a una ruta que invita al cachondeo: Vuelta por Meriendillas. Y también al recuerdo. Nocilla ¡Qué meriendilla! A unos les recordará el anuncio. A los viejos rockeros les sonará la tonadilla de Siniestro Total . La lluvia no hará acto de presencia, y el sol y la subes entrarán y saldrán del  escenario montañoso de la mano de las continuas subidas y bajadas. Primero la cima del monte Peña Las Yeguas . Luego, en la cima de las Meriendillas, a escasos mil metros, os recibirá un cristo metálico. Un poco más abajo un pesebre con una fotografía familiar incluida. Seguís la ruta. Os será suficiente con asomaros a la rendija abierta en la roca para haceros una idea de la profundidad de la Cueva de los Tasugos . Seguiréis el camino por el borde entre La Rioja: desparramada en la llanura parcelada de un verde vívido, y Castilla y León: ariscada y granítica. La mirada irá al cielo nuboso y a ratos esclarecido; a la sucesión de árboles, sean pinos, encinas, bo...

San Lorenzo

  No hay que esperar a la Navidad para pasar una noche buena. Tampoco es necesario esperar a la Nochevieja para ascender el monte más alto de la Rioja, el San Lorenzo. Por eso, hoy, 30 de diciembre van once discípulos de la montaña hacia la cumbre nevada. Cuesta verlos entre el blanco cegador, cuando en el mirada se funden el blanco de la nieve y el éter del mar de nubes. No os llegará la algarabía de los niños abajo esquiando, porque en lo alto reina el silencio, solo roto en la cima por el petardazo del cava espumoso, 100% natural, haciendo acto de presencia. Al resguardo del aire, las espaldas apoyadas en la caseta de lata, las copas en alto, en un trajinar de nueces garrapiñadas, polvorones, palmeras caseras, chocolates varios, irá la alegría hilando palabras, villancicos, propósitos. La mirada se desparrama en todas las direcciones desde el panóptico en el que el monte se ha transformado. El hielo irá desplegando su arte en pequeñas joyas, para la mirada atenta. El sol, reb...