No os dejéis engañar por las dos zetas del nombre y caigáis vencidos por la somnolencia en Zenzano, no, y poneros en movimiento tras dejar los coches estacionados en la plaza del pueblo. Que no os parezca raro la bandera de La Rioja del revés, pintada en un tonel. La Roblanvera dirá alguien, ensanchando así el saber grupal. La jornada de hoy concentra el interés (geológico) en las tres dolinas que la ruta pondrá a vuestra disposición. La primera es la de la Cueva (a la que se accede después de un considerable repecho), la más pequeña. La dolina es una depresión de origen kárstico, una hoya, una ausencia de la naturaleza. Siguiendo por el espinoso sendero, abrazados por las ramas de los pinos -algunos ya velados por las urticantes procesionarias- y sus plumeros de agujas, tras asomaros a la dolina de la Redondilla llegaréis al Pico Zenzano, a 1198 metros. Desde el punto geodésico la mirada se emborrachará de horizonte: el León Dormido, la Sierra de Cantabria, Murillo,...
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