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Mostrando las entradas etiquetadas como 2021

Muerto de risa

Traigo aquí la reseña que escribió hace poco más de cuatro años el escritor Juan Ramón Santos de mi primera novela Muerto de risa , que me hizo especial ilusión.   Lanzarse a escribir Autor Juan Ramón Santos Hace varias semanas, al hablar sobre El huerto de Emerson , el último libro de Luis Landero, sacaba a relucir a Michel de Montaigne, modelo de escritor que, después de mucho vivido y leído, se encierra en una torre con la humilde pretensión de ver qué es razonablemente capaz de poner en pie con palabras acerca del mundo. No digo yo ahora que Francisco Hermoso de Mendoza sea un Montaigne de Logroño, pero tal vez sí tenga algo que ver Muerto de risa , su primera nouvelle , con ese propósito, el de ver qué es capaz uno de escribir sobre el mundo. De lo mucho o poco que su autor tenga vivido poco...

Y todos arderán

  Y todos arderán, de David Hebrero, me recuerda a la serie 30 monedas , cambiando Arévalo por Pedraza. Pueblos pequeños-infiernos grandes en los que se cuecen los jugos de las envidias y rencillas seculares, embebidas en leyendas demoniacas. Hace décadas un niño fue sacrificado. Hoy, una mujer cuyo hijo se suicidó, harto del acoso y hostigamiento recibido a cuenta de no "ser normal" ya que sufra enanismo, quiere hacer lo mismo tirándose de un puente. No sale su empresa según lo previsto pues será retenida por una niña con superpoderes, a través de la cual la madre logrará hablar con Lolo, su hijo muerto. La estética de la película parece sacada de un cuento de los hermanos Grimm, saltándose a la torera cualquier corrección política. En ese sentido la película es gamberra, desenfadada, transgresora y es su punto fuerte. Pero a medida que avanza el metraje va perdiendo fuelle, y esto también me recuerda a la serie de Álex de la Iglesia. Abunda en el disparate, sin hacer ascos ...

La impunidad menoscaba la libertad

  Mohamedou Ould Slahi pasó catorce años encerrado en Guantánamo sin que se presentaran cargos contra él. En ese lapso de tiempo fue torturado, vejado, apalizado, humillado, para que se confesara culpable. Milagrosamente Mohamedou resistió y salió de prisión manteniendo la cordura. La película The Mauritanian presenta su caso. Estados Unidos con la impunidad que le caracteriza en su errónea idea de hacer justicia, no pidió perdón (ni lo hizo Bush ni Obama) por lo que hizo a Mohamedou, ni a otros muchos presos de Guantánamo que siguen presos a día de hoy, dos décadas después de los atentados del 11S.

Lamb

 En un recóndito paraje islandés sobrevive una pareja en una granja. Tuvieron una hija. Murió joven. Cuando una oveja pare, al mundo no viene un corderito sino un ser mitad humano, mitad oveja (me recuerda la novela Patas de perro ). Para la pareja una hija. Llevará el mismo nombre que la que murió. ¿Cómo se acomodan los deseos a la realidad? ¿Cuál es la naturaleza de este particular amor filial? ¿Quién es el padre de la criatura? ¿Por qué hacer justicia implica la venganza, el ojo por ojo, el muerto por muerta? Muchas preguntas en la película de Valdimar Jóhannsson.

Drive my car

  Tres relatos de Haruki Murakami le sirven a Ryûsuke Hamaguchi para alumbrar una película espléndida. Narraciones orales a la lumbre del sexo. El sexo como lubricante de la imaginación. Las obras de teatro de Chéjov como patrimonio de la humanidad, de la memoria y del sentimiento, por cuanto nos interpelan, todavía hoy. Road movie y el teatro en la pantalla. Personas heridas, lamentando pérdidas. Ya sea una esposa, ya sea una madre. Dejar morir a alguien es tanto como matarle. Una clarividencia tan dolorosa como redimidora en el contacto, en el abrazo. Cine de palabras hecho con imágenes. Y viceversa.

Animales no, monstruos sí

  Veo Animals (dirigida por Nabil Ben Yadir). No, no son animales, son personas monstruosas las que perpetran aquí unas acciones abominables. Una tragedia servida en tres actos. En la primera vemos a Brahim, un joven de treinta años en su ámbito familiar. Vive en Bélgica. Su padre es árabe, su madre belga. Van a celebrar el cumpleaños de su madre. Brahim lleva cinco años de relación con un chico; relación que no puede hacer pública pues tendría consecuencias catastróficas. La lleva en silencio y esto le duele, porque le supone dejar oculta una parte de su ser y su sentir. Abandona la celebración familiar y comienza el segundo acto. Cuando Brahim sale de un bar de alterne ve cómo en la calle una joven es agarrada por unos brazos que tratan de meterla en un vehículo. Brahim libera a la mujer y se ofrece a ir con los jóvenes a un bar dónde haya mujeres que es lo que estos van buscando. Brahim, asediado, confiesa en el coche que es homosexual y dicta entonces su sentencia de muerte. ...