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Mostrando las entradas etiquetadas como Ruta Burgos

Las calderas de Neila

Para comenzar la ruta hemos de desplazarnos hasta Quintanar de la Sierra (provincia de Burgos), por la carretera de Anguiano, rumbo hacia Villavelayo y ya en tierras burgalesas, cruzar Neila, después de un sinfín de curvas y dos horas de trayecto. Ya en Quintanar de la Sierra, cogeremos una pista que nos situará, un cuarto de hora después, en un recodo donde dejaremos los vehículos, dentro del Parque Natural Lagunas Glaciares de Neila .   El paisaje calcáreo es sorprendente, al ver piedras en un tenaz ejercicio de equilibrismo. A poco que uno deje volar la imaginación verá en los crestones rocosos distintas imágenes, ya sea un yunque, un rostro, una almena, un monje. O bien serán los troncos de los árboles los cuales asemejarán rocas con sus cortezas grises.    El paisaje se ofrece como un laberinto bien provisto de oquedades y grietas. Como en un parto a la inversa, nos internaremos en uno de estas  mínimas grietas por las que apenas pasa el cuerpo (a la foto me re...

Vuelta por Meriendillas

Salís de Foncea para dar comienzo a una ruta que invita al cachondeo: Vuelta por Meriendillas. Y también al recuerdo. Nocilla ¡Qué meriendilla! A unos les recordará el anuncio. A los viejos rockeros les sonará la tonadilla de Siniestro Total . La lluvia no hará acto de presencia, y el sol y la subes entrarán y saldrán del  escenario montañoso de la mano de las continuas subidas y bajadas. Primero la cima del monte Peña Las Yeguas . Luego, en la cima de las Meriendillas, a escasos mil metros, os recibirá un cristo metálico. Un poco más abajo un pesebre con una fotografía familiar incluida. Seguís la ruta. Os será suficiente con asomaros a la rendija abierta en la roca para haceros una idea de la profundidad de la Cueva de los Tasugos . Seguiréis el camino por el borde entre La Rioja: desparramada en la llanura parcelada de un verde vívido, y Castilla y León: ariscada y granítica. La mirada irá al cielo nuboso y a ratos esclarecido; a la sucesión de árboles, sean pinos, encinas, bo...

Sierra de Árcena

  Enseñoreado el otoño en los caminos velados de hojas, en la algarabía de colores de un febril pintor de la naturaleza. Al caminar absorbes la humedad mientras asciendes hacia la cresta gris al fondo. El corazón desquiciado, el sudor empapando la camiseta. En la cima te rodean los valles, el curso del río Ebro, la central nuclear, los colores singularizando cada árbol. Arrecia el viento haciéndose notar en su invisibilidad. La magnífica vista, el horizonte casi infinito es la justa recompensa al esfuerzo. Abajo la sima hacia la que te encaminas. Contemplas la lluvia en el interior de un castaño .