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Mostrando las entradas etiquetadas como libro

Teoría del gran infierno (Iván Humanes)

  De entrada: un infierno grande donde cabe de todo. Luego: una adición de microrrelatos que van creando adicción: esa imagen que aun siendo repulsiva no te permita apartar la mirada. Sin tener muy claro qué he leído, siento la atmósfera enfermiza al respirar. Un terreno resbaladizo y pegajoso, como la materia de los sueños o aquí de las pesadillas. Cunde el horror y el terror; eso desconocido que tanto nos alarma. La prosa aventa la pesadilla tanto como lo macabro. Afloran las resonancias y el lenguaje se despeña por caminos insospechados. Por ahí transita el lector-yo tan alertado como feliz.   

La invención del presente (Pierre Bergounioux)

  Primera toma de contacto con la obra de Pierre Bergounioux. Aquí el origen . Un ensayo breve sobre siete escritores que han marcado a Bergounioux: Flaubert, Faulkner, Alain-Fournier, Claude Simon, Pierre Michon, Henri Thomas, Jacques Reda . Prima la concisión. Pero hay espacio más que suficiente para entender la selección de estos autores. No tiene nada de paradójico que, con frecuencia, la gran literatura sea cosa de seres disminuidos, no aptos para la acción, al margen de la vida . Así Kafka, Proust, Flaubert o Faulkner . La representación explícita, formalmente elaborada, de la realidad y de las posibilidades, es (para Bergounioux) la literatura .  

Conquistadores (del abismo)

   Conquistar la página es avanzar por una selva intricada en pos del corazón de las tinieblas, siguiendo el deambuleo de Pizarro y sus hombres. El cara a cara con Atahualpa, en 1532, se saldará con la muerte de siete mil indígenas y un español, un esclavo negro. Eso dice la leyenda, a saber. Un grupo de soldados salvajes acabarán con un imperio, el inca, de un plumazo. Los españoles, conquistadores del abismo, tienen cañones, armas de fuego, caballos y una ira que se les desbordará en el pecho y creará el apocalipsis en la tierra; todo muerte, rapiña y destrucción.    *     La bolsa o la vida . La vida, pensó Atahualpa sin pensarlo apenas. Así se consumó el robo más perfecto de la historia. No se trata pues de ir al banco y hacerse con el botín, en un alarde de inteligencia o violencia, no. No se va en busca de El Dorado , porque El Dorado llamará a la puerta de Pizarro, cuando Atahualpa clame que la estancia en la que permanece retenido será colmada de...