Cuentos otoñales (sexto)

 

Dios hace la vista gorda, pues no debe tomar partido, mientras tose con los ojos ahumados. Contempla abajo la tierra desangrándose, la violencia campando a sus anchas, la más ciega barbarie desatando los instintos más salvajes, la ¿Civilización? perdiendo letras poco a poco, camino de su extinción. Dios apuesta por el libre albedrío para que nos equivoquemos, erremos, nos matemos, hagamos puré al ¿prójimo?, hasta hacerlo desaparecer, de raíz, para siempre, generando toneladas de odio y muerte y más muerte, porque nada se ha aprendido de los horrores, al contrario, y hay que volver a ellos una y otra vez.

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