Cuentos otoñales (primero)
Es la expectativa la que mueve tus músculos ladera arriba.
Vas sorteando escobas. A tu espalda el embalse del Ebro en expansión, a medida
que asciendes. El sol calienta tu cuerpo y hace el esfuerzo más llevadero. Son
días de berrea y apareamiento. El reclamo animal es un desgarro atronador que
rebota de monte en monte. Buscas un ejemplar y te topas en la distancia,
achicada por el telescopio, con una cornamenta majestuosa. Lo ves alzarse,
correr por la vaguada hasta perderse. Declina el sol, vence la luna y el frío
te cala hasta los huesos. Regresas satisfecho y contento.
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