Larix

 Miramos por el ventanal mientras bebemos cerveza. Jonás decide explicarme la génesis de mi apodo: Larix. Hoy, cuatro décadas después del nombramiento. Apodo que vinculé siempre a mi apellido: Lara. Jonás, siempre en el monte mientras nosotros jugábamos a las canicas o disputábamos interminables partidos de futbol en el campo descubierto del colegio. ¿Te acuerdas cuando le plantaste cara a los matones de la clase y saliste en mi defensa y te pusieron el ojo a la virulé? Ahí vi tu piel convertida en corteza, tu espíritu imputrescente, tu nobleza. ¿Y qué tiene todo esto que ver con Larix?, pregunto.

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