La memoria del vacío

 
El interior es ahora el afuera, pasto de la intemperie y el desescombro. Asoman paredes pintadas, pero no verás el rojo del rubor sino el verde de la esperanza, ahora imposible. Has visto menguar el tamaño del inmueble cada semana; un truco más del Gran Prestidigitador, en las habilidosas manos, no invisibles, del mercado. No oirás la algarabía de voces en el patio de luces, ahora apagadas, ni el arrítmico latido del corazón en la siemprencendida del salón, tampoco el trajinar de cazuelas en la cocina. Olvídate de los acelerados pasos pubescentes en la escalera. Memoriza el vacío y marcha.     

    

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