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Frío en el rostro

 


 En Soncillo todo el pueblo está en El Sifón. Cae un vermú de solera en la terraza. Luego, cuando abren la cocina, un plato de cecina y un emparedado caliente de pastrami, en el interior. La rúcula mejora cualquier plato de embutido y la mostaza lo conduce a la excelencia. El colofón es una atrevidísima tarta de queso con gorgonzola. Un feliz hallazgo. Recuerdo otra visita anterior a Soncillo y en otro bar, esta cita, Ya tenemos WIFI pero mejor, hablen entre ustedes. Y eso hacemos. Para darle a la sinhueso no nos hacen falta móviles. Regreso a Reinosa. Veo el cartel de Cilleruelo de Bezana y pienso en el escritor. Entre la niebla y la esquirlas de agua intuyo el fantasmal balneario de Corconte. Pienso en el grupo The Band, en el libro Libro de Peixoto, en la cervecería La Cerve, cuando cruzo por el municipio de La Población. Paso por Villapaderne y pienso si tendrá alguna relación etimológica con Trespaderne. Veo las indolentes banderas de España, Cantabria y Europa abrazadas a los mástiles en el balcón del Ayuntamiento de Campoo de Yuso. Exhala niebla la chimenea de Requejo en fiestas. Se lamenta el cielo del Grand Prix pasado por agua.

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Los días del devenir

    Sinopsis   Los días del devenir son días significativos en las vidas de los septuagenarios Loreto y Julio. Un taller de escritura recreativa impartido por Sandra, en la residencia de personas mayores donde viven, les abrirá la puerta de su pasado a los recuerdos, en forma de viajes, aventuras, rupturas, desgracias, ausencias, desventuras o confesiones. El folio en blanco será para Loreto y Julio el terreno en el que desvivirse a diario, también la manera de conocerse mejor y reconocer asimismo al otro. Treinta días frenéticos para el lector, que se verá abocado a una hilarante narración llena de sorpresas y hallazgos alentada por la imaginación desbordante de Francisco Hermoso de Mendoza, que trata de curarse aquí de la enfermedad de contar, con una prosa plástica, voluptuosa y precisa .  La novela se principia con esta cita de Lorenzo Oliván .     El escritor Manuel Fernández Labrada reseña Los días del devenir en su espléndido blog de literatura Saltus Altus .   -&g

Del abismo al extravío

  Descubre el genio creador dentro de sí al frotarse la espalda contra la pared, rebajando así la picazón que le producen los gigantescos granos de la espalda, plenos de líquido. No se concede otro deseo que el de poder abundar en sus pensamientos, devenir un eremita, convertir su cerebro en piedra (pero elástica). Anhela forjar su particular cosmovisión. Y así desplaza fronteras, centrifuga amistades. Camina solo en su ascensión. Albergará toda la soledad del mundo en su interior. Piensa que cuando mira largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de él. Será la razón extraviada su laberinto inexpugnable.

Volver al hijo

       Me acuerdo de una tarde de junio en el caluroso verano de 1984 en las piscinas públicas de La Playa. Al lado del puesto de la Cruz Roja, en lo alto de unos postes, en los altavoces comenzó a sonar una canción lenta. Me gustó. Luego supe que se trataba de Bruce Springsteen, al que llamaban The Boss. Cuando años más tarde compré un libro con sus canciones, hoy descuajeringado por el uso, supe que un Buick era un coche y no un nombre propio. La primera vez que oí esa palabra fue cuando sonó The hometown . Entraba y salía de la piscina grande, pasaba a la pequeña y cuando me aproximaba a los altavoces volvía a sonar esa canción que supongo alcanzaría el número uno de Los 40 principales. Meses después sonarían No surrender, Bobby Jean, Born in the USA , canción que dio nombre al disco y que fue un pelotazo. Springsteen fue catapultado al éxito. En el 89 compré el vinilo. Lo escuché una y otra vez. Lo veo ahora en el pasillo. El trasero de Springsteen fotografiado por Leibovitz me ll