Entradas

Sin cobertura

Cómo la topografía condiciona a veces el paisanaje queda evidenciada en Zone Blanche , sugerente serie francesa rodada en Los Vosgos. La sempiterna niebla, el aliento del bosque y su defensa ante el daño que le infligen los humanos (me evoca a Jordskott ), las rencillas personales entre la familia del alcalde y los vecinos, los ímprobos esfuerzos de la inspectora local por imponer el orden en aguas tan revueltas, los actos de sabotaje de un grupo de jóvenes y los mitos que datan de la época de los romanos, como Cernunnos, deidad suprema. Todo finalmente en el aire. Irrespirable, sin duda.

Drive my car

  Tres relatos de Haruki Murakami le sirven a Ryûsuke Hamaguchi para alumbrar una película espléndida. Narraciones orales a la lumbre del sexo. El sexo como lubricante de la imaginación. Las obras de teatro de Chéjov como patrimonio de la humanidad, de la memoria y del sentimiento, por cuanto nos interpelan, todavía hoy. Road movie y el teatro en la pantalla. Personas heridas, lamentando pérdidas. Ya sea una esposa, ya sea una madre. Dejar morir a alguien es tanto como matarle. Una clarividencia tan dolorosa como redimidora en el contacto, en el abrazo. Cine de palabras hecho con imágenes. Y viceversa.

El consuelo del repostaje

Con la manguera en la mano y el depósito abierto, observa un teclado que había pasado antes por alto, quizás porque no estaba, y en la pantalla, como ve la opción de introducir el nombre, lo teclea, y cuando deja la manguera en el surtidor, oye, José Luis has repostado súper, que tengas un muy bien día de lunes, que los oráculos te sean favorables. Espero verte pronto de nuevo, José Luis. Para lo que necesites . La voz es la de una mujer joven, piensa José Luis, de torneadas pantorrillas y larga melena castaña, de ojos del color de la miel de romero, de estatura media y tan bien proporcionada como Shakira. Arranca el motor, mete primera José Luis y piensa cómo se denominará su futura adicción al repostaje.

Animales no, monstruos sí

Veo Animals (dirigida por Nabil Ben Yadir). No, no son animales, son personas monstruosas las que perpetran aquí unas acciones abominables. Una tragedia servida en tres actos. En la primera vemos a Brahim, un joven de treinta años en su ámbito familiar. Vive en Bélgica. Su padre es árabe, su madre belga. Van a celebrar el cumpleaños de su madre. Brahim lleva cinco años de relación con un chico; relación que no puede hacer pública pues tendría consecuencias catastróficas. La lleva en silencio y esto le duele, porque le supone dejar oculta una parte de su ser y su sentir. Abandona la celebración familiar y comienza el segundo acto. Cuando Brahim sale de un bar de alterne ve cómo en la calle una joven es agarrada por unos brazos que tratan de meterla en un vehículo. Brahim libera a la mujer y se ofrece a ir con los jóvenes a un bar dónde haya mujeres que es lo que estos van buscando. Brahim, asediado, confiesa en el coche que es homosexual y dicta entonces su sentencia de muerte. La med