La ensalada a medio comer, los langostinos mordisqueados en el plato mientras va y viene el camarero incapaz de mantener diálogo alguno; el comensal la mirada en el móvil, al hacer la comanda y entre plato y plato; a la hora de pagar una buena estirada para espantar el tedio de comer en un restaurante al que habrá acudido voluntariamente para exhibir en él su indiferencia y mala educación porque no se acude a un cine para leer un libro o a un museo para comer patatas fritas pero ¿sí? a un restaurante a mirar la pantalla todo el tiempo.
NOTAS, APUNTES Y ESCRITOS DE FRANCISCO HERMOSO DE MENDOZA