Lo que parecía un cuerno en la distancia resultó ser un arco y un arquero sembrado en la tierra con la mirada vacía pero fija ¿hacia dónde? No te sorprende la ausencia de aljaba, cuerda y flecha; acaso ya salió disparada. Entonces qué ¿un desangelado Cupido soterrado? Lo dudas y fantaseas con un viaje en el tiempo, una fisura temporal, un ser mitológico, un ingenuo deportista de élite que buscando el dorado del medallero tuvo la peregrina idea de querer participar en los Juegos Olímpicos de París y acabó varado entre flores y arbustos en un coqueto parque de Montauban.
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