El reclamo del agua

 La presencia airada, el nerviosismo en la voz del par de jóvenes -en su precipitación informe de años-, al preguntar si hay algún bar cerca desde donde ver el río, el Ebro, puntualizan. Son rostros pescados de la ruta bacaladera y marina, varados ahora en el interior, con ojos de agua teñidos de alcohol, deshidratados y desesperados, buscando reparar la sed en el aliento húmedo del río, dilatado en sus márgenes. Marchan sin dar las ¿merecidas? gracias a las precarias indicaciones recibidas, los pasos decididos hacia el embarcadero, el río sin ocultar las estrías de colores de los entusiastas kayakistas.

Entradas populares de este blog

Del abismo al extravío

Cuentos otoñales (primero)

Cuentos otoñales (quinto)