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Entradas

Misericordia

  Todo en la película Misericordia resulta extraño, incluso inverosímil y esa es precisamente su mayor virtud. Historias de crímenes hemos visto muchas. No es tan habitual que los acontecimientos sigan el curso que aquí se ofrece. Que el deseo se explicite de esta manera, que la muerte se asuma así por parte de un cura, que la moral sea tan orillada en pos de unas acciones que vemos con asombro, si no con estupefacción. En esa transgresión, incluso provocación, es donde la película crece en cada minuto, hasta su resolución final. No busquemos realismo. Hagamos volar la imaginación. Abrámonos. Sea.

El Mohicano

  Joseph es un cabrero corso que siente el aliento de la mafia en la nuca instándolo a vender el terreno donde tiene la granja. Una parcela frente al mar, muy golosa para la mafia local, que quiere construir en esos terrenos. Joseph no acepta los 300000 euros que le ofrecen y dice no. Un rifirrafe con un mafioso local se salda con la muerte de este último. A partir de entonces Joseph convierte su día a día en una lucha por la supervivencia. La sobrina de Joseph, muy activa en las redes sociales, viraliza la huida de su tío y su inesperada gesta: el desplante al poderoso. El rostro de Joseph pasará a poblar las paredes de los edificios, los troncos de los árboles, o incluso servirá para la letra de una canción protesta. El pueblo apreciará el gesto de Joseph. Pero no olvidemos que si la cosa sale mal, quien pagará los platos rotos con su vida será Joseph. El resto será solo testigo de una situación injusta. Una de tantas.

Ojos que no ven...

  Mientras los nazis asesinaban a más de seis millones de judíos, la versión oficial después de la guerra fue que los alemanes no sabían de nada de lo que sucedía a pocos kilómetros de donde ellos vivían. Hoy, según cuenta el escritor y cineasta israelí Etgar Keret, la hambruna en Gaza y la montaña de muertos (más de 50.000) palestinos, apenas son noticia en Israel. Y está ahí para recordarnos el abismo moral en el que hemos caído, un abismo en el que la muerte diaria de decenas, de cientos de seres humanos se ha convertido en rutina , concluye Etgar.

Barranco Igoroin desde Musitu

Una mañana de sábado muy fresca para ser finales de julio, con niebla y gotas en suspensión. La salida la hacemos desde Musitu, en Álava. El camino discurre por una pista forestal.  No vemos excursionistas pero sí motociclistas, coches, mastines, cabras y mariposas. En la primera parte del trayecto lo mejor será la parada, después de hacer cumbre, junto a una cruz de piedra, para hincarle el diente al esponjoso bizcocho de Carmelo, bien regado con licor de maguillas.   La segunda parte de la ruta, ya con sol, nos abocará al barranco de Igoroin. A pesar de las muchas lluvias primaverales, el barranco se ofrece hoy seco y no hay tampoco ni rastro de las cascadas. No obstante el paisaje es bien bonito, merced a la bóveda vegetal que impide la entrada del sol. Y una apreciable masa forestal que ofrece una gran densidad arbórea que me trae en mientes las feracidad de Somiedo.  En el interior del bosque veremos las ruinas de un antiguo molino, que antaño cifraba muy bien e...

Boglands

  El típico pueblo en el que nunca pasa nada hasta que inopinadamente encuentran el cadáver de una mujer desaparecida quince años atrás. A medida que avanza la investigación van saliendo a escena posibles asesinos, pues como sucede casi siempre nada es lo que parece y el pasado está poblado de secretos y mentiras. Cuando todo apunta en una dirección, el espectador avispado sabe que hay truco y que el crimen lo debió cometer quien menos se imagina. Rodada en irlandés, en un territorio inhóspito. La novedad está en la presencia de la podcaster . También la comunidad creando una memoria común.