Metamorfosis

Lo vio acercarse. Vencido por el temor dijo No me hagas daño. El extraño lo miró extrañamente y su miedo se agrandó. Sus pulmones no recibían aire, un cortafuegos los jadeos. El extraño rebuscó en su mochila de cuero. Cerró los ojos. Una pistola, un cuchillo, una soga, la imaginación desatada. Al abrirlos, el extraño le extendió un jaramillo de madera. Sopla, pero antes pide un deseo. Incrédulo, pidió el deseo y sopló. El jaramillo volvió a la mochila y el extraño al camino. Lo vio girarse antes de emprender la marcha. Sólo de nuevo. El Hermano era una ausencia.

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