Ir al contenido principal

Entradas

Romería (Carla Simón)

Como en Cerrar los ojos o Trenque Lauquen en Romería también hay una búsqueda, la llevada a cabo por Marina que, en 2004, a los 18 años acude a Vigo desde Barcelona para conocer la familia de su padre. El relato oficial dista mucho de lo que Marina irá conociendo, entre jirones de palabras, silencios, sobreentendidos. El trasfondo es la España de los ochenta, el SIDA, la heroína en Galicia y Marina, aunque sea un proceso doloroso, está dispuesta a saber, a conocerse, armar su identidad, a ser reconocida oficialmente. Un viaje cautivador, una puesta en escena espléndida, puro sentimiento.

Las cositas del (no) leer

Sé que leer no te hace mejor persona, como no leer tampoco te hace mejor persona. Sé que no hay que pensar la lectura con fines utilitarios. Sí sé que no puedo prescindir de la lectura. Es una constante vital para mí. A los que defienden a Pombo y platillo su nulo interés por la lectura les recomiendo leer esto de Quignard . La lectura nace de la desintegración de uno mismo en el interior de otro. Hay primero una desintegración difícil (hay que «entrar» en la novela) seguida de una fusión maravillosa en la lectura (ya no es posible dejarla) .

Conquistadores (del abismo)

   Conquistar la página es avanzar por una selva intricada en pos del corazón de las tinieblas, siguiendo el deambuleo de Pizarro y sus hombres. El cara a cara con Atahualpa, en 1532, se saldará con la muerte de siete mil indígenas y un español, un esclavo negro. Eso dice la leyenda, a saber. Un grupo de soldados salvajes acabarán con un imperio, el inca, de un plumazo. Los españoles, conquistadores del abismo, tienen cañones, armas de fuego, caballos y una ira que se les desbordará en el pecho y creará el apocalipsis en la tierra; todo muerte, rapiña y destrucción.    *     La bolsa o la vida . La vida, pensó Atahualpa sin pensarlo apenas. Así se consumó el robo más perfecto de la historia. No se trata pues de ir al banco y hacerse con el botín, en un alarde de inteligencia o violencia, no. No se va en busca de El Dorado , porque El Dorado llamará a la puerta de Pizarro, cuando Atahualpa clame que la estancia en la que permanece retenido será colmada de...