El cielo es hoy un encerado donde los aviones practican sus ejercicios de caligrafía con sus estelas sobre el auditorio arbóreo. Piensas en términos caligráficos pero también pudiera ser la geometría; la de dos líneas que se cortan. En una discusión lo más llamativo es siempre la colisión de las palabras, la fiereza del lenguaje, la polvareda de las recriminaciones, sin embargo es la estela de lo dicho lo que subsiste y se empecina en ser. Lejos de los protagonistas y su algarada libran su propia batalla. No es caligrafía ni geometría. Lo propio de las estelas es la esgrima.