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Estelas

 


 El cielo es hoy un encerado donde los aviones practican sus ejercicios de caligrafía con sus estelas sobre el auditorio arbóreo. Piensas en términos caligráficos pero también pudiera ser la geometría; la de dos líneas que se cortan. En una discusión lo más llamativo es siempre la colisión de las palabras, la fiereza del lenguaje, la polvareda de las recriminaciones, sin embargo es la estela de lo dicho lo que subsiste y se empecina en ser. Lejos de los protagonistas y su algarada libran su propia batalla. No es caligrafía ni geometría. Lo propio de las estelas es la esgrima.

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Envidias el fluido volar de los buitres, la ligereza de las cabras montesas en la cima, a las jóvenes amazonas vascas que te rebasan; mientras, tú, con tus pesados pies y el corazón tan acelerado, camino de la cumbre. Lo logras. Abajo Durango, el mar al fondo. Pero el viento, la posible lluvia, la concurrencia; todo anima al descenso. ¿Ves el hilo de tierra pegada a la roca? El magro camino que te abocará luego al bosque. Manzanas, nueces, castañas entre la tierra húmeda.  Observas cómo en la tapia, sin tierra, brotan las margaritas. Siempre logra la vida abrirse paso.

Los días del devenir

        Sinopsis   Los días del devenir son días significativos en las vidas de los septuagenarios Loreto y Julio. Un taller de escritura recreativa impartido por Sandra, en la residencia de personas mayores donde viven, les abrirá la puerta de su pasado a los recuerdos, en forma de viajes, aventuras, rupturas, desgracias, ausencias, desventuras o confesiones. El folio en blanco será para Loreto y Julio el terreno en el que desvivirse a diario, también la manera de conocerse mejor y reconocer asimismo al otro. Treinta días frenéticos para el lector, que se verá abocado a una hilarante narración llena de sorpresas y hallazgos alentada por la imaginación desbordante de Francisco Hermoso de Mendoza, que trata de curarse aquí de la enfermedad de contar, con una prosa plástica, voluptuosa y precisa .  La novela se principia con esta cita de Lorenzo Oliván .     El escritor Manuel Fernández Labrada reseña Los días del devenir en su esplénd...

San Justi, arco de la Balzarra

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