Abreva tanto
el terror en los lugares comunes que sorprende ir a las
fuentes, a esta película de Robert Mulligan de 1972, para
entender lo que es el terror puro, más cuando median niños. Son los años 30 en
América del Norte. Dos hermanos gemelos se entretienen con sus malandanzas y
travesuras. Uno de ellos, Holland es un pieza. El otro, Niles, es más comedido.
O eso parece, porque en un tris la historia cambiará de rumbo y se desmadrará
del todo. Conoceremos de primera mano qué es el mal puro, irremediable, dejando
a su alrededor un manojo de muertos.