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Tóxico (Saulė Bliuvaitė)

  Dos jóvenes lituanas de 13 y 14 años tratan de labrarse una carrera en el modelaje, en el erial en el que sobreviven, habitando casuchas en polígonos industriales. La extrema delgadez será la exigencia. La inconsciencia le llevará a una de ellas a buscar en la dark web una tenia. En un entorno nada apacible, en hogares con familias desestructuradas, las dos jóvenes se harán amigas y su amistad será una tabla de salvación (un frágil escudo de papel ante un futuro poco alentador). Una realidad filmada sin que lo paupérrimo ahogue la historia, que respirará, aunque sea a jadeos.

Los pecadores (Ryan Coogler)

  En Pecadores todo es desmedido, brutal, delirante y salvaje: la música, los personajes y las historias, para ofrecer al espectador, ya en su tramo final, una deriva totalmente inesperada. La música es fascinante, el galpón donde se oficia es el templo del pecado, bajo la observancia de una moral rancia y encorsetada. El epítome es el hijo del predicador, que no quiere biblias sino tocar la guitarra y en sus cuerdas vocales reafirmarse y ser. El color púrpura es aquí el de la sangre. La música el grito de guerra contra la esclavitud. La mezcla de géneros un festín audiovisual.

Being Maria (Jessica Palud)

  ¿Cómo afectó a Maria Schneider, a sus 19 años, el rodaje de El último tango en París y la archiconocida escena en la que la actriz es sodomizada con mantequilla por Marlon Brando? Maria afirmó en una entrevista que se había sentido violada por Bertolucci y Brando. Declaración que tuvo escaso recorrido entonces y supone la esencia de la película. Supuso una bajada a los infiernos. Maria cayó en la heroína y quedó encasillada en papeles donde se le exigía salir desnuda. También fue pasto de chistes entre los hombres. Pásame la mantequilla . El tango para Maria fue un réquiem.