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Por el Camino natural del Ebro GR-99

 Día 1

 Fontibre - Orbaneja del Castillo


El punto de partida es en Fontibre (Cantabria), próximo a Reinosa (la capital de la nieve). Las señales de la GR-99 indican que Logroño está a 311 kilómetros. El final de la ruta, en Faro de Buda, se encuentra a 935 kilómetros. Haremos en los cuatro días siguientes un tercio de la ruta. 

 

Vemos el nacimiento del Ebro, que a primera hora está desierto, y nos ponemos en ruta. A Reinosa accede por carril bici. Se atraviesa el pueblo y por carretera  llegamos a Bolmir. Hacia Retortillo el camino se empina y adentra por unos campos. Hay distintas alambradas que hemos de quitar y poner. Una vez en Retortillo la siguiente parada será Arroyo, a 8,3 kilómetros que resultan interminables. 

A medida que vamos cogiendo altura, abajo vemos el Embalse del Ebro en todo su esplendor, bajo un cielo raso y una temperatura en aumento. 

Nos internamos por un bosque. Equivocamos la dirección. Faltan señales o están tiradas por el suelo. Se evidencia el pobre mantenimiento de la GR-99 por estos lares.

 

Tenemos cuidado con una vaca que se pone nerviosa en nuestra presencia. 

  

Luego cogemos un camino campo a través, pródigo en espinos y matorrales. Supone mucho esfuerzo mover la bicicleta a pulso cuesta arriba, en un terreno tan pedregoso como poco ciclable. A lo lejos vemos, finalmente, un único molino de viento, en un parque eólico que solo cuenta con una turbina eólica, en la cumbre del Monte Cotio. Hay también un paso de madera con unas escaleras.

 

Meter por ahí las bicis es un suplicio. Una vez llegamos al molino de viento iniciamos la bajada hacia Arroyo. 

 

El siguiente punto será el Santuario Nuestra Señora de Montesclaros. A La Aguilera vamos por carretera y allí cogemos el camino hacia Bustasur. No vemos las indicaciones y tomamos dos veces un camino equivocado, andando con mucho cuidado al pasar delante de una caballada que no nos quita el ojo de encima. 

Una vez en la GR-99 vemos a lo lejos que hay que ascender un cortafuegos brutal. Decidimos regresar a Arroyo y llegamos a Montesclaros por la carretera. El Santuario a las dos está cerrado y nos quedamos con las ganas de visitarlo. 

 

A Polientes iremos por carretera. Vemos un venado joven en un margen de la carretera que rápidamente se pierde entre los árboles. En Polientes tomamos una cerveza y una bolsa de patatas fritas vallucas al huevo. Las Vallucas las hacen, con patatas de Valderredible, en el pueblo que acabamos de atravesar: Villanueva de la Nía.

 Pasamos luego por Villota de Elines, camino de Arenillas de Ebro. 

 

En San Martín de Lines vemos la Colegiata por fuera. 

 

El camino prosigue por Villasecusa de Ebro y El Tobazo, en las hoces del Alto Ebro. Después transitamos por una senda de cinco kilómetros que resultan interminables (hay mucha roca en el camino; también algunos troncos caídos) hasta Orbaneja del Castillo. La cascada baja con muy poca agua (habrá que regresar en febrero). Llegamos pasadas las siete de la tarde al hotel rural La Puebla. Muy recomendable.

  

 

 

Día 2

Orbaneja del Castillo - Trespaderne 

 

La mañana está fresca. Lo testimonia la corona de bruma frente al hotel rural, encaramada en las cumbres rocosas y borrascosas. 

 

Después de un copioso desayuno, y con las pilas corporales al 100%, nos dirigimos por unas pronunciadísimas cuestas hacia el río y tomamos el camino por una senda entre árboles hasta Escalada, luego a Quintanaescalada hasta llegar a la central eléctrica de El Porvenir. 

 

No podemos cruzar hacia Valdelateja porque el puente está caído y no ha sido reparado. 

 

 

 

Seguimos por la senda ceñida a la margen izquierda al río.

 

Luego salimos a la carretera. La mirada se posa en las formaciones rocosas próximas al río. 

  

En Tubilleja llama la atención el cartel Precaución Niños jugando. 

 

Será que es finales de septiembre, pero solo vemos a gente mayor caminando por las calles casi desiertas. La carretera muere en Tudanca. Los gallinas y los gallos pasean por las calles en su alegre algarabía. 

 

En el caso de continuar para llegar a Cidad de Ebro hay que superar el Desfiladero de los Tornos. R. lleva la rueda pinchada. Damos la vuelta por la carretera buscando una gasolinera. Pasamos por Robredo de Zamanzas y paramos a la altura de Villanueva-Rampalay. Unos vecinos: un padre y su hija, nos escuchan y nos ofrecen una bomba de inflar de pie, mucho más potente que la bomba de mano que llevamos nosotros. Charlamos. Agradecemos la ayuda y la charla. Y con las ruedas bien infladas por la carretera hacemos 13 kilómetros hasta Cidad de Ebro; la Peña Nava separándonos del Valle de Manzanedo. 

Unos motoristas nos preguntan cómo llegar a Incinillas. Van sin móvil, sin GPS, con un mapa en la guantera de la moto. Es una vuelta al pasado analógico. 

En Cidad de Ebro, el centro social es un oasis. Nos apañan una improvisada comida a base de pan, queso y embutido: cecina, lomo y salchichón. La terrorífica realidad también está presente: el televisor velado por una bandera palestina. 

 

En Cidad retomamos la GR-99. El cartel indica: 4,8 kilómetros a Tudanca, 2,8 a Fuente Honda. Seguimos hacia Manzanedillo y Manzanedo por una senda muy agradable, que luego se irá estrechando, ciñendo al río y complicándose. 

Para pasar al otro lado del río, abrimos una verja y enhebramos la bicicleta como buenamente podemos. 

 

Poco después nos desviamos de la carretera para visitar el Monasterio de Rioseco. Lo había visitado hacía muchos años, cuando estaba en ruinas y hoy da gusto verlo. La rehabilitación va dando sus frutos y el Monasterio va recobrando su esplendor y cada día atrae a más turistas, como tuvimos ocasión de comprobar. 

 

Al descender R. ha pinchado. Los desmontadores se han quedado muy lejos en Villanueva-Rampalay. Ahora es la rueda delantera. A duras penas llegamos a Incinillas. R. coge mi bici y se va a Villarcayo. No hay allí posibilidad de comprar desmontadores. Luego va a Medina de Pomar. Allí sí hay suerte. Regresa pasada una hora y pico con los desmontadores y una cámara. Cambiamos la rueda y viendo que anocherá en breve nos ponemos a pedalear a saco, en modo contrareloj hacia Traspaderne, donde dormiremos en el hostal José Luis. Así haremos treinta kilómetros, pasando por Nofuentes y Moneo. Llegamos a Trespaderne alrededor de las nueve. Los hados son benévolos y para cenar degustaremos una espléndida sopa castellana bien provista de pimiento morrón, chorizo, pan y huevo. 

 

Bien regado con cerveza para dar buena cuenta luego de un plato combinado que nunca falla: huevos fritos con chorizo, patatas y morcilla de Villarcayo. En una parte del plato, lechuga fresca y tomate con sabor. De postre una cuajada Ovejero, de Briviesca. Productos de la tierra. Así da gusto.

 

Día 3

Trespaderne - Miranda de Ebro 

 

Para el ciclista el oxígeno es fundamental, para la bicicleta el aire también. Y ahora es mi rueda trasera la que está muy blandita, posiblemente pinchada. Nada extraño después de tantos kilómetros hechos por sendas abundantes en zarzas, ramas y guijarros. Inflamos la rueda con la bomba de mano. Dejamos luego Trespaderne, en dirección a Cillaperlata por una senda preciosa junto al Ebro. 

 

Antes de Cillaperlata hay una presa. 

 

Subimos al pueblo, rodeamos la Iglesia de Nuestra Señora de Covadonga. Después el camino es mucho más ancho. A la derecha hay una extensa plantación de girasoles, ahora secos. Un cartel marca 4,5 kilómetros hacia Frías. 

 

 

Optamos por coger la carretera un par de kilómetros antes de llegar a Frías y evitarnos la subida por un camino que desaparece en la montaña, entre árboles. 

La vista de Frías en la distancia es una maravilla. Un skyline imperdible. 

 

Nos encaramamos hasta lo más alto del pueblo, donde nos empacharemos de horizonte bajo un cielo esclarecido y un sol decidido. 

En una plaza muy coqueta, en la calle del Mercado, con el castillo detrás, daremos cuenta de un delicioso pincho de tortilla de patata poco cuajada, con pimientos rojos y morcilla. 

 Bajamos la cuesta, reparando antes en las casas colgadas.

 

 

Salimos de Frías por el puente medieval y luego cogemos una senda que resultará impracticable y nos obligará a acarrear la bicicleta por encima de los bloques de piedra. 

 

En Montejo de Cebas, visto el percal, dejamos la GR-99 para ir a Quintana Martín Galíndez (es un pueblo, pero podría ser tu vecino, ¿no?). 

Allí retomamos la GR-99 hacia Pangusión, Barcina del Barco, Mijaralengua (Resulta curioso el cartel: Punto de Reunión. Plan Municipal de Emergencia Nuclear; asimismo ver caracoles de colores que salen sin necesidad de lluvia) y San Martín de Don (¿qué don?).

  

Cuando llegamos al cartel que indica Antenas de Arcena a 7 kilómetros, movidos por la molicie, decidimos ir hacia el puente de Tobalinilla. 

El Ebro, a nuestra derecha, se irá ensanchando hasta convertirse en el Embalse de Sobrón. 

 

Vemos un barco surcando las aguas. Comemos en El Embarcadero, unas gildas y un raquítico bocata de jamón serrano, pero suficiente para no pasar hambre. 

Haciendo buen uso de la batería de la bici nos vamos a Sobrón (a 8 kilómetros por la GR-99 de San Martín de Don, que queda muy en lo alto, después de unas cuestas muy empinadas. 

 

El pueblo es precioso, las casas muy cuidadas, rodeado de montañas frondosas. 

 

Desechamos la idea de descender por la GR-99 al ver un indicador de pendiente pronunciada. En la señal, Baños es reemplazado por Embalse.

Hacemos uso de la carretera para descender hasta el embalse. Poco después cogemos la GR-99. Pasamos por Fontecha, Puentelarra y vamos en dirección a Guinicio. No está muy bien indicado y cogemos la GR-291 que solapa el recorrido con la GR. Así llegamos a Guinicio después de cruzar un arroyo por una pasarela de madera y luego a Suzana. 

Preguntamos cómo salir de Suzana, pues la GR-99 no está nada clara. Llegamos a Montañana, luego a La Nave (curioso nombre; tanto como otros vistos por el Camino: Coronoles o Consortes) y finalmente, sobre las seis arribamos a Miranda de Ebro. 

El Hotel Tudanca está pegado al río. Con un atuendo que podría hacer valer el derecho de admisión en cualquier restaurante nos damos un homenaje en el Mima (Cocina casera con brilla reza en la web). Las croquetas, las bravas, unos callos espléndidos y una torrija merecedora de todos los premios son el broche perfecto a la jornada bicicletera.

  

Día 4 

Miranda de Ebro - Logroño 

 

Abandonamos Miranda de Ebro siguiendo la estela del río por un extenso parque. De esa manera no oímos el ruido de los coches y disfrutamos de un agradable entorno natural. 

Llegamos a un polígono, donde se puede circular por un carril bici. Luego por carretera nos dirigimos a Arce. No vemos la señal de la GR-99 hasta que desandamos un camino y cruzamos la carretera. No podemos coger el camino porque hay escaleras para subir y y bajar por una pasarela de hormigón. 

 

Seguimos por carretera y poco después vemos el palitroque del Camino a nuestra derecha. Tomamos entonces sí el camino que nos aboca a Zambrana. A la izquierda la autopista AP-68, Logroño 58 kilómetros indica. 

Por el camino son unos cuantos más. Al salir de Miranda de Ebro hay dos opciones: ir por Ircio o por Zambrana (la etapa 12,1), que es la que escogemos. 

En Zambrana ya hemos hecho 8 kilómetros desde nuestra salida en Zambrana. El cielo esta gris pero no llueve. Atravesamos la Venta del Molino, ahora en ruinas, y el camino nos expulsa a la carretera, la N-232, muy transitada y por ende, peligrosa. Pero el arcén es suficientemente amplio y tres kilómetros después cogemos el desvío hacia Salinas de Buradón. Un pueblo medieval precioso, con casas blasonadas y un par de arcos de la antigua muralla. 

 

A la salida del pueblo hay una gran pendiente, larga, muy larga, hacia el Collado de San Cristóbal. 

Afortunadamente el firme de tierra está en muy buen estado y es muy ciclable. Una vez en la cima la bajada es igual de pronunciada, un 10%, como informa la señal en el camino. Al fondo se ve Briñas y también un mar de viñas. 

En Briñas cogemos el camino que va pegado al río, hasta el puente de piedra que está en obras. 

Volvemos a Briñas. Por caminos llegamos a la ermita de Santa Lucía y no vemos claro cómo llegar a San Vicente de la Sonsierra por la GR-99, así que cogemos un camino de tierra y luego asfaltado. 

A lo lejos se ve la imponente figura de la iglesia y el castillo, en lo más alto de San Vicente. 

 

En la parte baja del pueblo de San Vicente de la Sonsierra está señalizada la GR-99 pero no se hace mención a Baños de Ebro, sí a Haro y Briones. 

Subimos a la plaza del pueblo y luego una bajada nos introduce por caminos de tierra y luego asfaltados hasta llegar a Baños de Ebro. El camino ofrece una vasta extensión de viñas. El río a la derecha. 

Sin entrar en Baños de Ebro el camino se desvía a la derecha en dirección a Torremontalbo. Una vez superado el pueblo para tomar la GR-99 hay que cruzar la carretera y superar a pulso el quitamiedos. 

 

Una vez en el camino, en dirección a Cenicero el camino es casi llano, entre árboles, en algún tramo. A la derecha hay una acequia. Cruzamos todo el pueblo. Vemos temporeros, todos jóvenes negros, recuperando fuerzas junto a las fuentes, en mesas de piedra. 

Luego, en dirección a Fuenmayor, hay una fuerte subida antes de llegar a Buicio, y también hacia El Cortijo. Tomamos luego parte de la Vía Verde de El Cortijo para llegar a Logroño por carretera, entrando al barrio de El Cubo superada la Ermita del Cristo, poniendo así fin a la ruta. 

No sé si sucede lo mismo con otros ríos de España, pero el Ebro, nominalmente, da mucho juego, como hemos tenido ocasión de comprobar, al pasar por muchos de los pueblos de esta relación: 

En Cantabria: Aldea de Ebro, Arenillas de Ebro, Bárcena de Ebro, Campo de Ebro, Cubillo de Ebro, Horna de Ebro, Rebollar de Ebro y Villaescusa de Ebro. En Palencia: Báscones de Ebro. En  BurgosCidad de Ebro, Miranda de Ebro, Pesquera de Ebro, Tubilleja de Ebro. En Álava: Baños de Ebro; y en La Rioja: Aldeanueva de Ebro

 

*

 

Cuatro días estupendos a la vera del Ebro, por una ruta la GR-99, o Camino natural del Ebro, que en unas cuantas ocasiones resulta muy poco ciclable, y lo veo más pensado para hacerlo caminando.

 

El resumen aproximado sería este:  

Senda 40% 

Asfalto 22% 

Camino 38% 

Kilómetros totales: 356,50 

 

    

  FIN 

 
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