Inescrutables
son los caminos de la lectura. Libros o eslabones de la cadena que facultan el
movimiento del lector. ¿Qué me lleva a leer Las florecillas de San Francisco de
Asís? Llego al mismo mediante El tiempo de los lirios, en donde Vicente Valero
da cuenta de un viaje por la Umbría. Hablo de eslabones porque Valero recoge las
palabras de otros viajeros: Hesse, Rilke, Montaigne, Weil... Así leer es recorrer
los mismos pasos que otros dieron; hollar los mismos caminos, a menudo ya
irreconocibles. El misterio que nos aboca a determinados libros es también la
magia de la literatura.