No sé el tiempo que empleé en escribir
Los días del devenir. Fue escribiéndose en la mente y luego volcada en el
papel, donde siguió mudando, creciendo, recortándose hasta la redacción definitiva.
Supongo que buscando orientar al lector, la CasadelLibro incorpora en la ficha
del libro el tiempo de lectura requerido en la misma. La novela se lee en
menos de lo que dura, por ejemplo, la película Babylon. Si el tiempo de lectura
es acertado, no vale ya la excusa de No tengo tiempo. Pero te hinchas a ver
películas y series que duran mucho más que la novela.
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