Ha muerto Mario Vargas Llosa. Quizás,
como le sucedió a Umbral o a Cela, será recordado por muchos por cuestiones
ajenas a la literatura: su relación con Isabel Presley. Los que tenemos cierta
edad, le hemos dado la vuelta al jamón hace unos años, y hemos leído libros de
Llosa como Los cachorros, un pequeño mundo en 32 páginas o hemos aprendido valiosas
lecciones leyendo Cartas a un joven novelista o hemos quedado apresados como
gotas de ámbar en la lectura infinita de Conversación en La Catedral sabemos de
corazón y pensamiento que Llosa fue un magnífico escritor. Adiós, maestro.
Lecturas, viajes, excursiones, visionados, pensamientos, cuentos y eufonías