Leo que se han hecho maniobras para que El Roto no ingrese en la Academia de Bellas Artes. Esto no es nuevo, las rencillas entre académicos y futuros académicos siempre han existido. Al leer la noticia en el periódico he buscado este fragmento en La novela de un literato de Rafael Cansino Assens.
Gabriel Miró era, por otro estilo, muy parecido a Amado Nervo, en su actitud ante la vida. Un espíritu desasido, contemplativo, casi descarnado. Uno y otro parecían enfermos y tristes de haber leído a Kempis. Gabriel Miró era ya un muerto para la vida, enterrado en ese panteón de sus Obras Completas que no lee nadie.
A Miró le negaron la entrada en la Academia "sospechándolo de heterodoxia".