Sarah es una deportista marcial austriaca en las postrimerías de su carrera. Acepta irse a Jordania a entrenar a las tres hermanas de un millonario. Se evidencia el choque cultural. Pero no tanto: porque el tedio es algo mundial. Las jóvenes encerradas en la jaula de oro solo respiran cuando van a un centro comercial, cuando Sarah les presta el móvil y acceden a Instagram. La realidad queda así enmarcada. Sarah regresará a Austria, pero el llamado primer mundo tampoco le satisface. Como una ONG de un solo miembro a veces la sororidad práctica se impone a todo. Así Sarah.