Lo contrario a la pornografía explícita es el ansia sensual, lo demorado, la tensa espera, los labios anhelados, el cuerpo deseado, el colmarse diferido, el juego de miradas avivando la llama de dos mujeres que se buscan y se encuentran. Una, encargada de retratar (en la Francia de finales del siglo XVIII) a la otra -la cual ha dejado el convento para entregarse a su futuro marido, al que desconoce- primero a escondidas, luego frontalmente; una mirada pictórica que escruta, archiva y posee; posesión efímera, una llamarada, un lapso de tiempo en un destino prefijado, amoldado a su condición de mujer. Antaño. Dos grandes actrices Noémie Merlant, Adèle Haenel cristalizan, y de qué manera, una pasión impensable e imposible. ¿Unos días de felicidad serán capaces de remedar una futura vida desdichada?
Hoy nos movemos por una de las zonas más bonitas de la Rioja: el Camero Viejo. Partimos del pueblo de Hornillos de Cameros. No vamos siguiendo las huellas de dinosaurio (en el yacimiento de La Pellejera se han descubierto 730 icnitas). Aún no son las diez de la mañana y ya brilla el sol con fuerza. Hornillos es un municipio con doce vecinos empadronados. Nosotros somos más de dos docenas y seis coches que aparcamos próximos al exiguo frontón. Hay quien antes de comenzar la travesía las ve venir en movimiento, en el vaivén de los columpios , frente a la Ermita de San Adrián. Ya en ruta no tardaremos mucho en ver los restos de la iglesia de Santa María de la Blanca, en tomar algunas fotos frente al hastial, en Torremuña . Pueblo abandonado que parece haber cobrado nueva vida, y que ahora es noticia a cuenta de una obra de teatro sobre la sustracción de las tablillas del retablo , en la referida iglesia, cinco décadas atrás. Tras avanzar por una pista que deja un hayedo a nuestra d...
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