Sandra
Hernández adapta e ilustra el cuento de Jean Giono, El hombre que plantaba
árboles. Considerado un cuento real, luego se supo que era ficción. Cuenta el empeño de un pastor, Elzéard Bouffier, en recuperar un erial
y convertirlo en un vergel, plantando millones de árboles y recuperando la
fauna y la flora. El fotógrafo Sebastião Salgado hizo en Aimorés algo muy parecido,
en el remoto pueblo del interior del estado brasileño de Minas Gerais.
Convirtió un secarral en un florido paraíso. Queda documentado en La sal de la
tierra, documental de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado. Hay esperanza.