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Cuando las fajas no dejan (o dejen) ver los libros

 

 

Sabías que este día llegaría: que la faja, convertida en una gigantesca faja-pantalón, ocultaría casi toda la cubierta de libro, dejando ver, muy tímidamente, el nombre del autor, pero no su título, ni la cubierta. Esto a ti no te pasará nunca, porque tus libros no se verán velados por fajas, fajas-pantalón, ni siquiera por exiguas tangas de hilo dental. Así que, ¡reconócelo! te mueve a escribir la pura envidia. Amigos, aceptemos que la mercadotecnia va ganando la batalla. Lo confirmaremos cuando todos los libros vayan con su fajaza o fajona correspondiente. Una faja que aquí es la antifaja. Creo.

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