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Mostrando entradas de diciembre, 2024

Cuentos navideños (primero)

Aunque la mirilla esté sucia y deforme el rostro, lo reconoce. Abre la puerta, lo estrecha entre sus brazos flácidos. De cerca ve que se ha echado varios continentes encima. El rostro es un mapa ajado o un pergamino a descifrar. Lo acomoda en el orejero y rompe a hablar con tanta prisa que parece que la muerte le hubiera dado un ultimátum. Lo escucha con atención, pero apenas retiene el tropel de palabras desventuradas, nombres, fechas, lugares, países, ríos, cementerios. No dejes que me duerma, ruega con la voz desfallecida. Y seguirá hablando hasta que me venza el sueño.

La soga

El crimen perfecto como arte, en un único escenario, rodada la película en color, en un plano secuencia, en 1948, tres años después de finalizar la Segunda Guerra Mundial. Un joven maquiavélico decide consumar un crimen junto a un amigo, y recrearse en su acción. Para ello da una fiesta e invita a la novia y a los padres del asesinado (con una soga). El misterio pasa por ver si los descubrirán o no. El soporte teórico es la necesidad de librarse de los seres inferiores. Comparece Así habló Zaratrusta de Nietzsche, el superhombre, Hitler. El mal y su banalidad.

Cuentos invernales (primero)

  Papá. ¿Qué?  Que el planeta tierra tiene más agua que tierra. ¿Y?  Pues que no entiendo porque no decimos el planeta agua en vez del planeta tierra.  No sé. También le dicen el planeta azul, pero el planeta azul es Urano.  No sé adónde quieres ir a parar.  A ningún lado.  ¿No ves que tanto darle vueltas a las cosas no te lleva a ningún lugar?  Es cierto, no te lleva a ningún lugar en concreto, porque la curiosidad te lleva a todas las partes.  Papá.  ¿Qué?  ¿Tú te haces preguntas? ¿Pero qué pregunta es esa?  ¿Quieres conocerte mejor, no?  

Las cositas del leer (séptimo)

   Al ir espigando La novela de un literato , de Rafael Cansinos Assens serás testigo de la historia de España de 1900 a 1936. Rafael dará testimonio de la muerte de Valle-Inclán, del nacimiento de la editorial Aguilar, de las andanzas de Buscarini, de la marcha de González-Ruano a Italia, de la trágica muerte de Hildegart, de la primera Feria del Libro en Madrid, de los dimes y diretes en los mentideros literarios, de la muerte de Galdós, de la República, de la muerte de Ruben Darío, del aprecio por Concha Espina y otras cosas muy interesantes para el lector.

San Justi, arco de la Balzarra

  Haz del día más corto del año el más cundido. Madruga, pero no demasiado, y aprovecha del buen hacer de un conductor de primera, para cruzar en autobús al otro lado del León Dormido, junto a otros cuarenta y tres excursionistas. La niebla se disipa y la lluvia no hace acto de presencia. Comienza la leve ascensión. No es un calvario, pero verás la cruz de Arluzea, el buzón, el horizonte replicándose en la distancia. La Navidad y el Belén van de la mano. Uno chiquitín quedará instilado en la roca del arco de la Balzarra. Suenan los villancicos. Huyen las aves. Imposible competir con el trino de los pájaros. Luego el descenso. Arluzea tiene 35 vecinos. Somos 44. Ocupamos el municipio en plan bien, porque dejamos la quesería bajo mínimos. En esa tierra extraña que es el Condado de Treviño -una isla burgalesa en territorio vasco-, acabamos en Ascarza, en una sidrería. La comida es sota, caballo y rey. Muy buena, sí. Lo importante aquí son las canciones. Una canción no es canción hasta...

Las cositas del leer (sexto)

  En los relatos de El bosque de los urogallos , la montaña y sus bosques eran una especie de santuario para Mario Rigoni Stern. En Arboreto salvático , el texto combina el ensayo naturalista; veinte capítulos, uno para cada árbol: tilo, tejo, alerce, olivo, cerezo… con recuerdos y apuntes literarios (la Biblia, mitos griegos, literatura universal) sobre los árboles. Una combinación acertada de botánica, literatura y pensamiento (basado en la memoria y la experiencia), si lo que Mario pretende es transmitir al lector su pasión por los árboles. Mario plantó miles cuando regresó de la guerra, como en el relato de Giono.  

Las cositas del leer (quinto)

  Aunque en las lecturas escolares se mantienen los clásicos, como El árbol de la ciencia o La Celestina , ves cómo van entrando autores más jóvenes, libros como Invisible , Marina o El misterio de la cripta embrujada . Sin embargo, se mantiene cierta resistencia a ofrecer relatos, que serían un magnífico vestíbulo al fabuloso mundo de la lectura. Relatos de Ángel Olgoso, Clara Obligado, Emilio Gavilanes, Mónica Ojeda o Leo Perutz... O semblanzas de Camba, o artículos de Cunqueiro. Por eso fue una alegría inmensa cuando viste por casa Los girasoles ciegos , al Capitán Alegría, metáfora de la esperanza en la Humanidad.

Las cositas del leer (cuarto)

  Para rato esperas, cuando accedes al pamplonica Mercado de Ermitagaña, con idea de comprar algo de carne para comer, con el estómago removido después de haber dado el pésame, que encontrarás en la primera planta un puesto con libros, y que rebuscando en el montón, verás un libro de relatos de Pere Calders, autor del que leíste con gusto los relatos recogidos en Cosas aparentemente intrascendentes ; así que lo coges y te impones la obligación de volver a Pamplona, al mercado, al puesto. La pregunta que te formulas es qué libro dejarás a cambio a tu regreso. Piénsalo con calma.